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El pasado 7 de diciembre de 2019, el Auditorium Arena en Laramie, Wyoming, colgaba el cartel de “Aforo completo” para el partido que esa tarde los Cowboys, el equipo de baloncesto de la pequeña Universidad de Wyoming jugaría contra los Lobos de Nuevo Méjico.
Las 15.028 personas que acudían al partido, no querían perderse un día histórico.
No es que se estuvieran jugando un título, ni mucho menos. Era un partido más de la liga regular, en el que los Cowboys, por cierto, sumarían una nueva derrota. Una más de las 24 que sufrirían en la temporada, con solo 9 alegrías de cuando en cuando. El baloncesto universitario en Wyoming ha vivido tiempos mejores, y mucho ha llovido ya desde que ganaran el campeonato nacional de 1943.
Pero esa tarde lo que menos importaba a todos los que habían acudido al pabellón era el partido. Lo que hacía especial ese sábado era la retirada de la camiseta de un jugador ilustre. Y era especial e histórico porque esa camiseta, la número 34 de Fennis Dembo, era tan solo la segunda que iba a colgar del techo del Auditorium.
Dembo fue uno de los mejores jugadores universitarios de finales de los años 80, y aún a día de hoy sigue siendo el máximo anotador de la historia de la Universidad. Es el único jugador salido de los Cowboys que tiene un anillo de la NBA. El que ganó en 1989 formando parte de los Detroit Pistons.
Si, Dembo comparte anillo con los míticos Bad Boys: Isiah Thomas, Joe Dumars, John Salley, Billy Laimbeer y como no, el "Gusano" Dennis Rodman.
Una temporada histórica en Detroit en la que derrotan primero a Michael Jordan y sus Bulls en la final del Este para aplastar a continuación a los Lakers de Magic (4-0) en la finales de la NBA. Como no recordar a ese equipo y más siendo un aficionado fiel por aquel entonces de los de púrpura y oro....
Motivos más que suficientes para retirar ese número 34.
Sin embargo, y con todos los respetos para el Sr Dembo, lo que a mi más me interesa es la "otra" camiseta. Esa camiseta que ha pasado más de dos décadas observando desde el techo del Auditorium, como testigo solitario, todos los partidos de los Cowboys.
Una camiseta blanca con el numero 4. El número de Kenny Sailors.

Cuando el baloncesto cambió para siempre
Es muy, muy probable que, aunque seas un gran aficionado al baloncesto, el nombre de Dembo no te diga nada. Normal. Su carrera en la NBA duró dos años y apenas tuvo minutos en los Pistons.
Kenny Sailors aun te sonará menos.... y eso ya es más grave, si de verdad te consideras un aficionado al deporte de la canasta en general y a la NBA en particular. Así que vamos a ponerle remedio....
A principios de los años 40, el equipo de la Universidad de Wyoming se abrió paso entre los grandes trasatlánticos de la competición liderados por su base, un tal Kenny Sailors.
Sailors era más bien bajito (1.78m) para lo que se espera de un jugador de baloncesto, incluso en aquella época. Sin embargo, llevó a su equipo al título nacional en 1943, el primer y único campeonato de los Cowboys en toda su historia.
Fué además, el MVP (mejor jugador) del torneo.
Dos semanas más tarde, partía hacia Europa como Marine de los EEUU para luchar en la Segunda Guerra Mundial.
Cuando regresa, retoma el baloncesto, y entra a formar parte de una competición profesional que acababa de nacer: la NBA.
Durante sus cinco temporadas como profesional, Sailors es uno de los bases más destacados de la liga. Pero no son las estadísticas lo que debería asegurarle el reconocimiento de toda la familia del baloncesto, sino su manera de entender el juego.
Kenny Sailors cambió el baloncesto para siempre. Posiblemente sea una de las personas que más impacto han tenido sobre el deporte de la canasta tal y como lo conocemos hoy en día.
El éxito de Sailors era que tenía un concepto del juego radicalmente distinto al resto. la manera en la que jugaba era de otra época.
Y sobre todo, su tiro.
Había construido y perfeccionado un tiro que le hacía especial. Un tiro único, sorprendente, que despertaba tanta admiración como críticas por lo "extraño" que era. Un tiro que requería elevarse del suelo en vertical, con el balón por encima de la cabeza, el brazo flexionado y realizar el lanzamiento a canasta a una sola mano.
Ese tiro que hoy conocemos por “tiro en suspensión”... o simplemente el típico tiro a canasta.
Si, el tiro en suspensión. El tiro de toda la vida, vamos. Solo que ahora acabas de darte cuenta que "toda la vida" arranca a finales de los años 40.

Adelantado a su tiempo
Kenny Sailors revoluciono el baloncesto.
Hasta ese momento, era un juego lento, con jugadas muy predefinidas, con mucho pase y muy poca velocidad. Se tiraba a canasta a dos manos y, sobre todo, sin levantar los pies del suelo, tanto en ataque como en defensa. Salvo alguna jugada ocasional como la entrada a canasta, por ejemplo.
Sailors no solo introdujo el tiro en suspensión, aumentó la velocidad en el juego y la habilidad en el manejo del balón.
Es difícil imaginar el impacto que tuvo en el juego. Una foto suya, realizando "su" tiro, mientras su defensor esta clavado en el suelo, como si no fuera capaz de entender qué es lo que estaba pasando delante de sus ojos, se publico en la revisa LIFE y fue la inspiración de muchos otros jugadores a lo largo del país que empezaron a replicar ese extraño tiro.
¿Había nacido Sailors con un talento especial para saltar verticalmente? No. Fue simplemente una cuestión de necesidad.
A los 13 años, tanto a Kenny como a su hermano mayor les apasionaba el baloncesto y pasaban todo el tiempo que podían jugando uno contra uno en el patio de su casa. El único problema era que su hermano le sacaba 20 cms y la manera correcta de jugar era que nunca se despegaban los pies del suelo, ni en ataque, ni en defensa. De esta manera, y aprovechando la diferencia de tamaño, su hermano solía bloquear muchos de sus tiros.
Un día, sin saber muy bien como, Kenny se impulsó verticalmente en el aire para lanzar a canasta... y encestó. Su hermano no había despegado los pies del suelo. Ese día empezó a cambiar la historia del baloncesto.
Kenny Sailors revoluciono el deporte, y sin embargo muy pocos aficionados han oído hablar de él. Ni siquiera esta incluido en el Hall of Fame, donde se rinde homenaje a la historia del baloncesto.
Hay cosas mucho más importantes que el baloncesto
Tras cinco años como profesional, Sailors se retira. Podría haber tenido una exitosa carrera como entrenador o incluso columnista deportivo, aprovechando su fama, pero en su lugar se muda con su familia al "fin del mundo": Glennallen, Alaska.
Kenny tenía otras prioridades en su vida además del baloncesto. Su mujer sufría serios problemas respiratorios y la recomendación de los médicos era alejarse del aire viciado de la ciudad y buscar la naturaleza.
Y eso fue lo que hicieron.
Dejo atrás su fama y se integró en una comunidad rural en la que era uno más para empezar una nueva vida. Y fue allí donde volvió a cambiar la historia del deporte, otra vez. En este caso, del baloncesto femenino.
Cuando llegó, no existía una competición para mujeres en baloncesto. En el instituto, los partidos femeninos eran de 6 contra 6, con 3 jugadoras de ataque y 3 de defensa, que solo jugaban a media pista. Se suponía que eran demasiado débiles para jugar en toda la pista.
Sailors fue pionero en conseguir que permitieran a las mujeres jugar al baloncesto "normal".
Dedicó 35 años de su vida al baloncesto femenino en Alaska. Se convirtió en unos de los entrenadores con más éxito del estado, ganando varios campeonatos. Participó activamente en la creación de programas femeninos de baloncesto en institutos y su figura fue clave para la creación de un campeonato estatal.
Un éxito de igual o mayor entidad que el conseguido en su época de jugador.
"He hecho muchas cosas que son probablemente más importantes que ese estúpido tiro"
Kenny Sailors
Sailors comprendió que hay cosas mucho más grandes que el baloncesto. Cuando jugaba, su compromiso por ser lo mejor que pudiera llegar a ser era incuestionable. De la misma forma su compromiso con el servicio militar, cuando sirvió como Marine en la Segunda Guerra Mundial. O con lo que era mejor para su familia. O con su tranquila vida en Alaska como entrenador de instituto. O con su apoyo y trabajo para desarrollar el baloncesto femenino.
Por encima de todo ello, de todas las facetas, estaba el mismo carácter, los mismos principios y valores, hiciese lo que hiciese. Esa es la verdadera clave para el éxito y una vida plena.
Kenny Sailors fue igual de extraordinario en la pista, como lo fue trabajando en el servicio a la comunidad en Alaska.
Ese retiro voluntario muy probablemente le haya costado el formar parte del olimpo del baloncesto porque su nombre cayó en el olvido de aficionados y prensa tras su retirada y "desaparición", haciendo que su transcendental aportación al juego quede difuminada en el imaginario colectivo.
Parece increíble que, a día de hoy, siga sin formar parte del Hall of Fame.
Muy probablemente, a Kenny Sailors, que falleció en 2016 a los 95 años de edad, esto no podría importarle menos.
"Yo no soy famoso.... el tiro en suspensión es famoso"
Kenny Sailors

Un ejemplo para vivir una vida mejor
El verdadero éxito es una cuestión interna, de carácter e integridad. No tiene nada que ver con la fama, el reconocimiento o los títulos. Buscar la forma de ser mejor cada día de acuerdo a tus principios y de forma holística, en todas las facetas de tu vida, siendo fiel a tus valores, es el único objetivo.
Tú eres la única persona que puede decidir si ha merecido la pena el viaje y si has conseguido tener éxito.
Si pensabas que el tiro en suspensión había nacido con el baloncesto, no estás solo. La inmensa mayoría de jugadores profesionales están como tú. No es más que una de tantas cosas que damos como ciertas sin cuestionarlas. Un buen recordatorio para no dar nada por sentado.
"Llevo jugando al basket desde los 5 años y el tiro en suspensión es algo tan natural para mi que no imaginaba que hubo un tiempo en el que no existía y si existe hoy es gracias a una persona en particular"
Stephen Curry
El éxito no tiene que ver con el reconocimiento externo. El éxito es saber que has hecho lo mejor que podías aquello que te importaba. Y sobre todo, que has sido íntegro respecto a tu esencia como ser humano.
NOTAS
(1) Para que la "ofensa" sea aun más grande, The Naismith Memorial Basketball Hall of Fame reconoce a Glenn Roberts, que jugó en los años 30 en un pequeño instituto de Virginia, como el creador del tiro en suspensión. Sin embargo, su tiro no se parece mucho a lo que entendemos por tiro en suspensión, y es más un pequeño salto en la aproximación a canasta con un lanzamiento estándar a dos manos.
(2) Analizando el estilo del tiro de Sailor, es increíble como se parece tanto al de leyendas de la NBA como Michael Jordan, Larry Bird, Kevin Durant, Dirk Novitzki o el mismísimo Stephen Curry. El tiro en suspensión de Sailor esta muy cerca del tiro en suspensión del baloncesto actual, lo que demuestra que era un adelantado a su tiempo, no solo por el tiro, sino por cambiar la velocidad del juego; se podría decir que fue pionero tambien en el dribbling y manejo del balón. Definitivamente, el mundo de la canasta está una deuda con él.
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